CONFLICTO CON IRAN
- Orlando Trujillo
- Jan 24, 2020
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La ejecución del general iraní, Sulaimani, ha puesto al rojo vivo la crisis entre Estados Unidos e Irán. Creo importante recordar algunos datos sobre Irán. Debemos tener presente que Irán, la antigua Persia, es un antiquísimo país en donde nacieron las grandes civilizaciones de Occidente, precisamente el nombre de Irán significa “Tierra de los arios”.
Geográficamente, el país es una inmensa llanura que encierra dos estepas y un desierto salado, rodeada de los montes Elbruz por el norte, por los montes Zagros por el oeste y los montes del Baluchistán por el sureste, en el sur tienen el Océano Indico. El centro del país está prácticamente vacío, la población se concentra en la periferia. Durante siglos la región del Medio Oriente albergó a poderosos imperios y las distintas civilizaciones que la habitaron tuvieron muchas capitales: Ecbatana, Persépolis, Ispahan, Tabriz, Ardébil y Azerbaijan, actualmente la capital es Teherán.
En el pasado emperadores como Ciro El Grande y hasta Alejandro Magno rigieron la región, pero más reciente en 1739 el sha Nadir, llamado el Napoleón persa, estableció un poderoso, pero efímero imperio. Durante el siglo XVIII franceses, rusos e ingleses se disputaban el estratégico territorio de la débil Persia. A principios del siglo XX, el geólogo Cotte y el arqueólogo de Morgan, ambos franceses, hallaron evidencias de que en la región había grandes depósitos de petróleo. En 1901 el inversionista australiano, Knox d’Arcy, consiguió una concesión exclusiva del Sha de Persia, para durante 70 años buscar, extraer, transportar y comercializar petróleo y sus derivados. Poco después d’Arcy, debido a dificultades económicas, cedió su concesión a la Anglo-Persia Oil Company. No fue hasta 1908 que el petróleo brotó.
Todo eso sucedía mientras el país se debatía entre motines y atentados políticos, lo que obligó al débil sha Muzaffareddin aceptar una Constitución inexistente, pocos días después Muzaffaredin falleció. De hecho, la única ley existente en esa época era la ley de la fuerza. El país vivía como en la Edad Media, aún había siervos y a las mujeres se le impedía hasta asistir a las escuelas. Por esa época Persia estaba plagada de enfermedades y existía una terrible hambruna.
Al comenzar la Primera Guerra Mundial Reza Khan era un comandante de cosacos iraníes. Khan era un hombre de alta estatura y fornido. Este militar era adorado por sus hombres que le nombraron Reza Maxim, por la ametralladora Maxim que manejaba con gran habilidad. Durante esa guerra, en el territorio persa combatían ingleses y rusos contra turcos y alemanes.
Terminada la guerra, los ingleses continuaron ocupando varias plazas estratégicas dentro de Persia y los rusos mantuvieran su ocupación del norte del país. Eso hizo que en 1921, el ya general, Reza Khan marchara sobre Teherán y obligara al sha Ahmad a cambiar su gabinete a uno menos complaciente con la ocupación extranjera. En esa ocasión el Reza Khan fue nombrado ministro de guerra, pero como el sha Ahmad prácticamente vivía en Francia, en 1925 el Parlamento persa votó para eliminar la dinastía de los Khadjars y se eligió una asamblea que por unanimidad eligió como nuevo sha a Reza Khan, quien tomó el nombre de Reza Pahlevi. El nuevo Sha que era un nacionalista decidió adoctar para su dinastía el nombre de Pahlevi, que en tiempos del Imperio Sasánida el idioma de Persia. También cambio el nombre del país al de Imperio de Irán. Después del Golpe de Estado, no se ratificó el acuerdo con los británicos y se firmó un tratado de no agresión con Rusia, que obligaba a Moscú retirar sus tropas del territorio Iraní.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, los iraníes confiaban en mantener su neutralidad, pero cuando en 1941 la situación se complicó poder abastecer a la URSS a través del puerto Ártico de Mursmansk o del Mar Mediterráneo, el territorio de Irán volvió a ser escenario de combates. Las unidades motorizadas soviéticas invadieron el país por el norte y los británicos por el sur. Estos últimos ocuparon Teherán. Aunque al principio las tropas iraníes ofrecieron alguna resistencia, ante la superioridad militar aliada, eL Sha se vió obligado a deponer las armas. Pero, el orgulloso militar decidió abdicar en favor de su hijo, alegando que no estaba dispuesto a gobernar con las bayonetas extranjeras sobre sus hombros. En 1942, el nuevo sha, Mohamed Reza Pahlevi, firmó un acuerdo tripartita por el que Gran Bretaña y la URSS reconocían la independencia y soberanía de Irán. En 1943, Roosevelt, Churchill y Stalin se reunieron en Teherán para coordinar el proceso de la guerra contra el Eje, especialmente el abrir un segundo frente desembarcando en Europa continental.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, las tropas británicas y americanas se retiraron del país, pero los soviéticos permanecieron en el norte, hasta que el presidente Harry Truman envió una fuerte advertencia al ministro soviético, Molotov. Los soviéticos recibieron el mensaje y se retiraron, pero con ellos se llevaron la fábrica de armas. Los elementos pro soviético en el gobierno iraní firmaron concesiones petroleras a favor de Moscú, a pesar de que la URSS apoyaba a los rebeldes que buscaban crear una república soviética en el norte de Irán. El sha logró derrotar a los insurgentes y limpió el gobierno de pro- soviéticos. El nuevo sha, era un hombre de ideas pro Occidentales. En 1951 el sha nacionalizó la industria del petróleo, estableció medidas para modernizar al país y le concedió muchos derechos a las mujeres. No obstante, la izquierda logró que se eligiera un gobierno dirigido por Mohammed Mosaddeq, como primer ministro. Mosaddeq era un enemigo político del joven sha, fue entonces cuando la CIA y el MI6 británico organizaron un golpe de estado que expulsó a Mosaddeq y consolidó al sha en el poder.
Posteriormente el Sha fue un firme aliado de Occidente al extremo que se decía que había convertido a Irán en “El portaviones americano en el vientre de Rusia”. Todo eso provocó el enojo de los tradicionalistas religiosos, lo que se agravó por el matrimonio del Sha con la princesa Soraya, en 1951. Esta hermosa mujer nació en Irán, hija del embajador iraní en Alemania, pero su madre era alemana y ella se había criado en Europa, lo que a los ojos de los tradicionalistas la hacía un elemento perturbador. El Sha estaba profundamente enamorado de Soraya, pero debió divorciarse de ella en 1958 por presión de los clérigos chiitas, ya que Soraya no había podido concebir un hijo.
Durante esos tiempos el país se debatía en medio de revueltas y atentados incitados por los clérigos chiitas, dirigidos por el Ayatola Ruhollah Musau Khomeny. En uno de los motines murió el hijo de Khomeny lo que profundizó el odio del poderoso clérigo en contra del Sha. En 1978 se agravó la situación política-social de Irán, mientras desde su exilio en Francia Khomeny desarrollaba una campaña internacional en contra del Sha. La izquierda, tanto el partido comunista conocido como Tudeh como los izquierdistas muyajadies, contaban con guerrillas organizadas que hostigaban continuamente al gobierno. Por su parte la policía política del Sha, el Savak, desató una brutal represión que mató a más de 40 mil subversivos
La oposición declaró una huelga general y la situación se hizo tan caótica en el país. El Sha intentó buscar una solución nombrando como primer ministro a Shapua Bajeijair, al que se consideraba aceptable a los revoltosos. Además, el Sha salió al exilio el 16 de Enero, piloteando un avión Boing 707 que lo condujo a Egipto, el único país que aceptó recibirlo. Sus aliados Estados Unidos y Gran Bretaña lo habían abandonado.
Comenzó el doloroso peregrinaje del Sha buscando un lugar donde tratarse del cáncer que padecía. Todos les cerraron las puertas. Ante la presión pública, en Octubre de 1979 el presidente Jimmy Carter le permitió venir a New York para tratarse medicamente. El gobierno del Ayatola Khomeni exigió que el Sha fuera extraditado a Irán para ser juzgado y que Estados Unidos pidiera perdón por su ingerencia e Irán.. Carter rehusó cumplir esas exigencias, pero le exigió al Sha que abandonara el país. Al año siguiente el Sha falleció en Egipto.
El 4 de noviembre unos mil fanáticos shiitas asaltaron la embajada americana en Teherán, capturando como rehenes a 52 estadounidenses que permanecieron cautivos hasta el 20 de enero de 1981. El presidente Carter rompió relaciones diplomáticas con Irán y ordenó la congelación de valores iraníes en Estados Unidos. En Abril de 1980, el presidente Carter ordenó la operación de rescate “Garra de Águila”, pero resultó en fracaso cuando uno de los helicópteros se estrelló en el desierto iraní ocasionando 8 soldado estadounidenses muertos.
La liberación se produjo el mismo día que Ronald Reagan asumió la presidencia. Antes de asumir el cargo, representantes de Reagan habían negociado con Teherán la liberación, liberando los valores iraníes congelados en Estados Unidos. Algo que seguramente también predispuso a los iraníes a llegar a un acuerdo para liberar a los rehenes, fue el hecho de que desde Septiembre de 1980 estaban en guerra con Irak y no podían arriesgar un ataque de Estados Unidos.
La guerra con Irak duró 8 años y aunque Irán tenía una población de 38 millones de habitantes e Irak solamente 16 millones, la superioridad militar iraquí le ocasionó 750 mil muertos y heridos a los iraníes, mientras que Irak tuvo unos 250 mil muertos y heridos. Aunque el pretexto para la guerra fue un territorio fronterizo cerca de Basora, lo cierto era que los países sunitas de la región temían que la revolución chiita de Irán se extendiera a sus vecinos. Para intentar frenar a Irán, Arabia Saudita, Los Emiratos Árabes y Kuwait le pagaban a Irak millones de dólares para financiar la guerra. El conflicto bélico concluyó sin vencedor ni vencido, por el agotamiento de las partes.
Desde entonces, Irán es un dolor de cabeza para la región, aparte de orquestar ataque contra las tropas americanas, Irán apoya todos los esfuerzos de los chiitas para controlar los países con gobiernos sunitas. Así envían armas y hombres para apoyar a los rebeldes yemenitas, para luchar contra ISIS y Al Qaeda y para controlar a El Líbano, a Siria e Irak. Aunque Teherán amenaza continuamente a Israel, su principal enemigo en la región es Arabia Saudita, que es el centro sunita mundial. El cerebro al frente de todas esas actividades subversivas y terroristas chiita era el general Qasen Sulemani. El peligro iraní se agudizó con la búsqueda por parte de Teherán de un arma atómica.
Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Irán se reanudaron bajo el gobierno del presidente Barak Hussein Obama. La administración Obama firmó un tratado de desnuclearización de Irán, que de hecho resultó un fraude. Además, Obama le permitió a Teherán el tener acceso a dólares, lo que le permitió a Irán apoderarse de mil 500 millones de dólares congelados en un banco de Omán. Posteriormente también le descongeló 400 millones que estaban en Estados Unidos y los envió en un avión a Teherán.
En días recientes fanáticos chiitas de Irak intentaron repetir la toma de una embajada americana, pero en esta ocasión bastó con que la Administración Trump advirtiera que Irán sería responsable de cualquier daño a la embajada o a ciudadanos americanos, para que los revoltosos se dispersaran. Poco antes terroristas chiitas habían matado a un contratista americano en Irak. La paciencia de la Casa Blanca se agotó cuando la CIA tuvo acceso a información que advertía que Suleimani y sus altos lugartenientes se reunirían en Bagdad para coordinar nuevos ataques contra intereses americanos. Fue entonces cuando el presidente Donald Trump decidió eliminar a Sulimani para impedir que llevara a cabo sus planes. En represalia los Iraníes bombardearon dos bases americanas en Irak, sin ocasionar bajas, en tanto que el Parlamento iraquí, controlado por los chiitas, decidió pedir la retirada de las tropas americanas en su territorio. Por el momento los iraníes han ganado la partida en el control de Irak, pero es sólo por “el momento”, porque cuando nos retiremos el problema los tendrán con Turquía, con Jordania, con Arabia Saudita y con Israel, todos ellos por una razón o por otra no pueden permitir el control iraní de la región. En ese caso es probable que Irak desaparezca como un país, ya que su territorio podrí dividirse en tres parte: una para los kurdos, otra para los sunitas y la mayor parte para los chiitas.
Mientras, aquí los políticos demócratas están rayando en la traición en su afán con atacar la presidencia de Donald Trump. Señores, tenemos al enemigo en casa. Dios proteja a Estados Unidos.
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