Corona Virus 19
- Orlando Trujillo
- May 12, 2020
- 10 min read

¿Qué nos ocupa hoy? Pues del tema del momento la maldita pandemia del Corona Virus 19.
Las pandemias no son algo nuevo, la humanidad ha sufrido varias a lo largo de su existencia. Se pudiera decir que son cíclicas. Algunas como la Peste Bubónica mataron a millones de personas. Aquella plaga surgió en Mongolia y a través de la Ruta de la Seda llegó al Mar negro, allí se contagiaron los habitantes de una colonia veneciana. Cuando los venecianos huyeron del lugar, lo hicieron en unas embarcaciones que al llegar frente a Venecia llevaban varios contagiados a bordo. Las autoridades venecianas hicieron esperar a los refugiados en los barcos durante 40 días y así se estableció el sistema de las cuarentenas. Como sabemos, la pandemia más reciente ocurrió a comienzo del siglo XX, el llamado “Flu Español”. Esa pandemia mató a unos 50 millones de personas en el mundo e incluso algunos estudiosos afirman que fue esa pandemia la que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Hoy una nueva plaga azota a la humanidad, el Corona Virus 19.
Este virus es muy contagioso y en algunas ocasiones letal. Como no existen vacuna o medicamento específico para combatirlo, los gobiernos se han visto obligados declarar a países enteros en cuarentena. Lo que prácticamente ha puesto de rodillas a las economías del mundo, especialmente las de Estados Unidos y Europa.
Este flagelo surgió en el centro de China, en la ciudad de Wuhan, y un estudio de la universidad británica de Southampton concluyó que el 95 % de las muertes ocurridas por el virus eran evitables, si China hubiese cumplido con los protocolos de las Regulaciones de Salud Internacional, de la que China es uno de los 194 Estados firmantes. Pero el gigante asiático no solo no cumplió sus obligaciones, sino que falsificó datos y destruyó evidencias.
El presidente Donald Trump dijo durante una entrevista televisada, que no cabe dudas de que el virus fue manipulado en un laboratorio. Que quizás los chinos cometieron un error y el virus pudo filtrarse al exterior, pero lo que es criminal, es que ellos hayan ocultado al mundo el hecho y que hayan prohibido que personas procedentes de Wuhan viajaran hacia otras ciudades chinas, como Beijing, mientras permitían que se pudiera viajar desde esa zona infestada hacia países extranjeros. Lo más escandaloso es que para llevar a cabo su encubrimiento, el régimen chino contó con la colaboración de la Organización Mundial de la Salud.

Los primeros casos se produjeron en Octubre del 2019, sin que Beijing informara sobre ello. Los primeros rumores sobre la enfermedad llegaron después que el doctor Li Wenliang, médico del Hospital Central de Wujhan, alertó sobre la existencia de un virus respiratorio extremadamente agresivo. En lugar de prestar atención a esa alerta, la dictadura china lo arrestó inmediatamente. Posteriormente el doctor fue liberado y poco después el galeno murió, conveniente, contagiado de Corona Virus 19.
Cuando la noticia llegó a Occidente, el presidente Donald Trump declaró que estudiaba restricciones a los viajes y comercio con China. El 12 de Enero, la Organización Mundial de la Salud reaccionó rechazando el emitir esas restricciones. Dos días después, dicha organización negó que el virus fuera contagioso entre humanos. Ignorando la alerta sobre la enfermedad de Wuhan y sus características dadas por La República China (Taiwan).
Esa conducta por parte de la O.M.S. llevó a Trump a denunciar la evidente parcialidad de la organización en favor de China, a pesar de que Beijing solo aporta unos 40 millones de dólares anuales a la organización, mientras que Estados Unidos paga unos 400 millones de dólares anuales a la O.M.S. Es importante tener presente que el director general de la Organización Mundial de la Salud, doctor Tedros Adhanon Ghebreyesus, es un exministro de salud del gobierno comunista de Etiopia, que llegó a su cargo con el apoyo del gobierno chino y la aprobación de la administración Obama.
Cuando el 26 de Enero el gobierno chino se vio obligado a imponer la cuarentena en 3 ciudades chinas, fue entonces cuando declararon que la epidemia se originó en el mercado de Wuhan y que el origen eran los murciélagos que se vendían allí. Sin embargo, el francés premio Nobel de medicina, doctor Luc Montagne, dijo públicamente que no tiene dudas de que el Corona Virus 19 fue creado en un laboratorio. Donde, el virus tomado de un murciélago, fue manipulado, posiblemente buscando una cura para el HIV y que probablemente se filtró al exterior. Sin embargo, la doctora Judy Mikavitz, quien fuera fundamental en establecer el coctel contra el SIDA, ha afirmado que sin lugar a dudas el corona virus 19 fue producto de su manipulación del virus natural en un laboratorio. Por cierto, que el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos le otorgó 3.7 millones al Instituto de Virología de Wuhan para los estudios sobre el corona virus de los murciélagos. Es interesante conocer que el Instituto de Virología de Wuhan es operado y controlado por el ejército chino.
Curiosamente, dos coroneles del Ejército Popular de Liberación (ejército de China comunista), Qiao Liang y Wang Xiangsui, escribieron el libro “La Guerra Irrestricta” en el que se elabora sobre las guerras biológicas. Pero eso no es nada nuevo, son muchos los libros elaborados por militares chinos, relacionados con ese tipo de guerra. Apropósito de la conducta de los líderes chinos, debamos recordar que en 1957, cuando Beijing bombardeaba las islas fortalezas de Quemoy y Amoy, pertenecientes a Taiwan. Un periodista británico le dijo al dictador chino Mao Zedong si no temía que Estados Unidos interviniera y pudiera utilizar un arma nuclear. Mao respondió que China contaba con 900 millones de habitantes y podía perder sin problema 100 o 200 millones. Esa repuesta les retrata la catadura moral de los dirigentes comunistas, a los que no les importa el costo humano con tal de lograr sus propósitos. Su lema es “El Fin Justica los Medios”.
Entonces veamos porque los comunistas chinos se aliaron al N.O.M. La enorme hambruna que mató unos 55 de millones de personas en China entre 1958 y 1962 demostró a sus dirigentes que el sistema comunista chino era incapaz de garantizar los alimentos a su población. Posteriormente la guerra entre Vietnam y China en 1979 probó que la maquinara bélica del gigante asiático no estaba capacitada para enfrentar a un ejército armado con equipo americano. Recordemos que ese armamento militar americano cayó en manos de Hanoi cuando Estados Unidos se retiró de Vietnam del Sur. La guerra comenzó a consecuencia de la invasión de los vietnamitas a Camboya para poner fin a las masacres que el régimen tiránico del pro- chino Pol Pot, realizaba en ese país. Las relaciones entre China y Vietnam eran ya tensas, pues Beijing tenía un viejo reclamo de dos provincias al norte Vietnam, pero el principal motivó fue el temor chino de verse rodeado por regímenes pro soviéticos, enemigos suyos. Recordemos que en esa época, China y la URSS se disputaban el control del comunismo mundial.
Todo lo anterior convenció a Deng Xiaoping de abrirse al globalismo y establecer en China una política leninista con una economía mercantilista, lo que estaba en concordancia con los planes globalista del Nuevo Orden Mundial. Enseguida más de 800 mil proyectos foráneos, valorados en 1.5 trillones de dólares se invirtieron en China. Eso le dio al gigante asiático el control casi monopolístico de muchos reglones económicos. Una investigación del Comité de Finanzas del Senado estadounidense reveló que china controla el 90 % de los antibióticos, el 95.5 del ibuprofeno, el 70 % de acetaminofeno y el 80% de los ingredientes activos en medicina para tratar varias condiciones médicas como la presión arterial, el cáncer y el Alzheimer provienen de China comunista. Además, la mayoría de los equipos y suministros en general son traídos de China. Pero no señalemos como culpables solamente a los conspiradores del N.O.M. También han sido y lo son los comerciantes sin escrúpulos, que nos recuerdan las palabras de Lenin, cuando dijo: los capitalistas nos venderán la soga con la que los ahorcaremos.

Supongamos que esta epidemia fue producto de un riesgo calculado por parte de los gobernantes chinos para intentar derrotar a los Estados Unidos. Los jerarcas de Beijing se han convencido de que militarmente les sería imposible vencer a nuestro país. Además, están conscientes de que la producción es el corazón del poder económico de Estados Unidos. Pero como detener una economía pujante como la nuestra. La única forma factible de poder hacerlo, es logrando que la propia nación detenga su producción. ¿Pero cómo conseguir eso? La solución es provocar una epidemia que enferme a la mayoría de la población y que el gobierno se vea obligado a ordenar una cuarentena. En ese caso el Corona Virus 19 es el indicado para el trabajo, pues tiene todas las características que se necesitan para destruir económicamente as a los Estados Unidos.
Ya sea que el virus se haya escapado accidentalmente o que haya sido liberado a ex profeso, lo cierto es que China tiene una grave responsabilidad en esta pandemia. De hecho, el Secretario de Estado, Mike Pompeo, recientemente dijo que China es un peligro mundial. A pesar de la opinión del director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, doctor Anthony Fauci, de que él Corona Virus 19 no surgió en un laboratorio. El presidente Donald Trump ha ordenado una profunda investigación sobre el origen de la pandemia y ha dicho que Beijing debe indemnizar al resto del mundo por los daños que la pandemia ha ocasionado, porque ocultando la existencia y virulencia del virus propiciaron que se pudiera expandir el mal. Ya en Enero, el asesor de seguridad de la Casa Blanca, Mathew Pattinger, había pedido a las agencias de inteligencia que investigaran si se habría producido la fuga de un virus del laboratorio P-4 del Instituto de Virología de Wuhan. La CIA concluyó que no existían pruebas de eso hubiese ocurrido. Una vez más el otrora excelente organismo de inteligencia anda por las nubes. Esto podría ser el comienzo de la Guerra Fría entre Estados Unidos y China.
Dice el viejo refrán: A río revuelto, ganancias de pescadores. El Corona Virus 19 ha sido la posible tabla salvadora para el Partido Demócrata. Antes de que se desatara la pandemia, Trump recibía la aprobación de la mayoría de los estadounidenses. La solidez de nuestra economía con los índices de desempleo más bajos de la historia en este país, así como la política del presidente Trump en poner fin a la explotación de Estados Unidos por parte de los organismos internacionales. Sobre todo por parte de naciones como China, cuyos tratados comerciales con nosotros llevaban la parte del león, porque hacía casi imposible colocar nuestros productos en su país, mientras que nos inundaban de los suyos. El pueblo americano estaba harto de esa política entreguista con China.
Sin lugar a dudas, la pandemia ha brindado a los demócratas la posibilidad de intentar convencer al pueblo de que la administración Trump no ha actuado correctamente en la lucha en contra de esta pandemia. Ahora pretenden extender la cuarentena, lo que agudizaría la crisis económica de las familias y de la nación. Incluso el controversial doctor Fauci, que lleva 46 años en su puesto de director del Instituto de Enfermedades Infecciosas en Washinton, aboga por mantener la cuarentena hasta que haya una vacuna. Algo que muchos prestigiosos especialistas lo consideran absurdo, porque afirman que no existe ninguna vacuna contra los corona virus. Esos virus vienen y se van solos.
Con su perspicacia de hombre de negocio, el presidente Trump ideó un plan de estímulo económico entregando dinero para ayudar a los desempleados y a los pequeños negocios, así como dar fondos para las reparticiones de alimentos gratuitos, evitando así posibles motines y disturbios por parte de una población hambrienta. Trump aboga por la terminación progresiva de la cuarentena.
Sin embargo, la mayoría de los gobernadores y alcaldes demócratas quieren prolongar la cuarentena, quizás, con la esperanza de que la economía del país termine de colapsar y no existan los medios económicos para ayudar a la población y se puedan producir disturbios o inestabilidad social. No olviden la frase del ex jefe de gabinete de Obama, Rahn Emanuel, quien aseguró que no se puede desperdiciar una buena crisis. En este caso la izquierda culparía al presidente. Por otro lado, el candidato demócrata ofrecería soluciones. Que sería falsas, pero que muchos las aceptarían, por aquello de quien se está ahogando se agarra a un clavo ardiendo. Esas circunstancias pudieran llevar a la Casa Blanca a los conspiradores del N.O.M. Hace tiempo dije que los globalistas están desesperados al ver que Trump está desmantelando sus planes de conquista mundial, que ha obligado a muchos infiltrados en el Partido Republicano a que se quiten la careta y se muestren como feroces enemigos la administración Trump y lo que ella representa.

Como se puede apreciar, ya sea porque el régimen chino provocó deliberadamente esta pandemia o si el virus escapó de su laboratorio, lo cierto es que les puede reportar grandes beneficios a Beijing. Pues ellos suponen que el regreso de los demócratas al poder, les va a permitir continuar con el expolio del pueblo americano, a través de los injustos intercambios comerciales y mantener el monopolio sobre nuestras importaciones.
Ahora los conspiradores han lanzado varias ideas, como eliminar los debates de los candidatos y votar por boletas ausentes. Como ya son evidentes los signos de una incipiente demencia senil de Joe Biden. Con sus lagunas mentales, sus divagaciones en las entrevistas y discursos. En el colmo del desvarío, Biden ha dicho que nombraría a Barak Obama a la Corte Suprema. El ex vice presidente olvida que Obama no puede ejercer la abogacía, porque su licencia le fue suspendida por mentir en una declaración jurada. Eso sin olvidar que el gobierno de Obama ha sido el más corrupto en la historia americana. Algunos de esos abusos del poder han sido los escándalos del exfiscal general, Eric Holder, de su sucesora Loretta Linch y de la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Esta última se dio el lujo de destruir a martillazos los discos duros con unos 50 mil correos electrónicos que el Congreso le había ordenado entregar. Ni que decir de las confabulaciones y fraudes llevados a cabo por las cabezas del Departamento de Justicia y del FBI, en lo relacionado con las fraudulentas investigaciones sobre la llamada conspiración Trump-Putin. Estos corruptos funcionarios llegaron al extremo de engañar a jueces, para que aceptaran unos documentos falsos pagados por el Partido Demócrata y la campaña de Hillary. Lo que les permitió espiar a Trump y que se orquestara la investigación de la supuesta Rusia Collution. Esos son sólo los escándalos más destacados de aquel estado de corrupción.
A pesar de los problemas de Biden, se especula que los demócratas podrían seguir con él como candidato. En el supuesto caso que ganara las elecciones, sería sustituido por incapacidad mental. Al respecto se barajan varias posibles fórmulas presidenciales alternativas, entre las que destacan nombres como Hillary Clinton y hasta Michelle Obama.
Lo importante es que sea quien sea el candidato demócrata, de ganar la Casa Blanca regresaremos al rumbo socialista de la administración Obama, que debió continuar Hillary Clinton y que llevaba la destrucción de la república que nació en 1776, lo que daría paso a la implantación del N.O.M., Es decir, establecer un sistema de dictadura elitista mundial.
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